Varios son los agentes externos que colaboran con este tipo de conductas. Entre ellas se pueden mencionar:
Conflictos familiares
Con frecuencia, los problemas que se viven en los hogares, como las peleas entre los padres o un divorcio, suelen afectar y desconcertar a los hijos quienes se sienten confundidos emocionalmente. Esta puede ser la causa de su falta de concentración y dificultad en el aprendizaje.
Vida agitada
Las distracciones no son raras cuando el chico vive rodeado de ruidos, estrés y nervios generados por el estilo de vida en el que se encuentra sumergido. En ambientes de esa naturaleza no es difícil dispersarse.
Motivos de la falta de atencion en los niños
Miedos que acechan
A esta edad, en especial entre los 6 y los 8 años, los temores no sólo no han desaparecido sino que pueden ser muy variados. Entre ellos están el temor a la pérdida del afecto de sus padres, a los castigos y al fracaso en sus tareas escolares. Todos ellos influyen de modo muy negativo.
Las enfermedades
Muchas de las dolencias infantiles comunes colaboran con la irritabilidad, con la torpeza y el nerviosismo de los chicos, ya que se desconcentran con mayor facilidad a causa del mal que padecen, como catarros, fiebres, etc. Este factor es transitorio, desaparece una vez que la enfer¬medad ha remitido.
Motivación ausente
La falta de una motivación adecuada puede ayudar al olvido y la distrac¬ción. Cuando nada les interesa y todo les aburre no es imposible que se dispersen.
Exigencia desmedida
Muchos padres presionan demasiado a sus hijos no sólo en su desempeño escolar sino que incluso los anotan en cursos y actividades extra escolares para que se "perfeccionen". Tanta presión obstruye la capacidad de concentración y rendimiento. Cuando el niño siente que no obtiene lo que se espera de él es fácil que se desaliente y reaccione escapando a través de las distracciones y olvidos, comportándose como una sujeto pasivo.
Movimiento escaso
La energía de los chicos en esta época es inmensa y necesitan descargarlas. Largas horas sentados en la escuela o la falta de espacio para poder liberarla es, en ocasiones, un tormento para quienes presentan hiperactividad y dificultad de atención.