miércoles, 19 de noviembre de 2008

La deshidratacion en el verano


Las causas más frecuentes de la deshidratación aguda son la diarrea, los vómitos y la sudoración profunda. Cuando las pérdidas de líquido no se compensan, la diarrea puede acarrear serias complicaciones.



Los peligros de la deshidratación son tanto mayores cuanto más pequeño sea el niño que la padece. Un lactante de 5 kilos que pierde medio litro de agua diaria habrá disminuido su peso corporal en un 10%.



Ello equiva le a una pérdida de 7 kilos en un adulto que pesa 70. La labilidad del equilibrio hídríco de los bebés es muy grande y los peligros de la deshidratación serán tanto mayores cuanto más pequeños sean. Durante los meses de verano la deshidratación se puede ver agravada por la sudoración, el calor y la inapetencia.



Como prevenir la deshidratacion en el verano



En los casos de una falta de hidratacion leve, la lengua y la piel están secas y, si se coge entre los dedos la piel del abdomen formando un pliegue, éste persiste durante unos segundos. En cuanto a la fontanela, suele estar hundida. Si la diarrea continúa, a estos síntomas se agregan la fiebre, los ojos hundidos y el llanto débil.



Por supuesto se debe evitar por todos los medios que el niño llegue a tales extremos de deshidratación. Si no fuera posible localizar a un pediatra, es aconsejable suspender de inmediato la alimentación habitual; se le ofrecerá sólo limonada alcalina o suero oral cada diez minutos y en pequeñas cantidades.



Una vez pasado el peligro, la realimentación debe ser muy lenta y progresiva. Si se trata de un bebé lo más probable es que el médico aconseje reiniciarla con alguna leche pobre en lactosa. En cuanto a los niños mayorcitos, la alimentación consiste en yogures naturales, arroz hervido, zanahorias, pollo o pescado hervido, manzanas y plátanos.

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